
La nómina UNDERWOOD
Creemos que Leonard Gardner, Rudolph Wurlitzer o Jean-Pierre Martinet estarían de acuerdo con nosotros cuando decimos que ni el lector ni el autor han de ser ya bufón, siervo, chambelán el uno del otro, como tampoco han de ejercer de verdugo, ministro, pretendiente, mariscal o padre.
Los autores de Underwood merecen ese cuidado, el lector lo agradecerá, y con el tiempo es posible que demuestre que también lo merecía.

José Luis Villacañas
Úbeda España
«El mal radical es una desconsideración radical hacia el otro, un desprecio epistemológico y ontológico, una ceguera del intelecto y una confusión completa de la sensibilidad.»

Unica Zürn
Berlín Alemania
«La mayor parte de mi vida la he pasado durmiendo, la otra, esperando un milagro, meditando acerca de lo inaccesible.»

Ronald Sukenick
Brooklyn (Nueva York) Estados Unidos
«La camioneta, dos pegatinas en el parachoques: ES LO QUE HAY y NO SOY DE CALIFORNIA.»

Yann Moix
Nevers Francia
«Uno de los enigmas del hombre es por qué pisotea primero, en proporción al amor recibido, a todos aquellos que han luchado por su felicidad.»

Ann Quin
Brighton Reino Unido
«Si simplemente digo “yo soy”, o “yo amo”, apenas basta, ni siquiera la más indulgente de todas las acciones “yo mataré” puede hacerme declarar “yo soy” luego Dios es.»

Antonio Valdecantos
Madrid España
«La comunicación, de por sí lenguaraz, lasciva y fecal, también se vestirá, de cuando en cuando, con las galas de la dignidad cívica. Ya se sabe que el lenguaje es lo mejor y lo peor, y seguramente no se debería confiar mucho en algo tan tornadizo.»

Tom Robbins
Blowing Rock Carolina del Norte (Estados Unidos)
«Cada vez que una personita va a un centro comercial, pierde una piececita de su alma.»

Gilbert Sorrentino
Brooklyn (Nueva York) Estados Unidos
«Los escritores que con sinceridad piensan que pueden representar la realidad con el lenguaje deberían meterse a fontaneros.»

Jean-Pierre Martinet
Libourne Francia
«Empezando desde la nada, Martinet coronó una trayectoria ejemplar, no llegó a nada.»

Rudolph Wurlitzer
Cincinnati Estados Unidos
«¿A quién le importa lo que tenga que decir? ¿Quién quiere oírlo? Creo que prefiero arrastrarme debajo de una piedra.»