Nora Berta Unica Ruth Zürn, autora de dibujos, poemas anagramáticos y prosa alucinatoria, nació en Berlín en 1916 y se quitó la vida, arrojándose por la ventana de su apartamento en París, en 1970. Tras una primera infancia idílica, cae en desgracia de todas las maneras imaginables. Violada a los diez años por su hermano Horst, estuprada espiritualmente por una madre al parecer negligente o, al menos, obscenamente indiscreta y cautivada por una fijación edípica, eléctrica, tras el divorcio de sus padres pasa de una vida muy acomodada a una que añade, al trauma, penuria y privación. Dichas circunstancias la obligan a dejar sus estudios y se pone a trabajar con dieciséis años. Colabora en la Ufa (Universum Film AG), desempeñando tareas de archivera, montadora, taquígrafa y guionista. En 1942 se casa con Erich Laupenmühlen y tienen dos hijos, Christian y Katrin. Los pare y los cría entre bombas y escombros hasta que, en 1949, se divorcian. Los niños quedan bajo la custodia del padre y Unica sobrevive a duras penas escribiendo relatos para periódicos. En 1953 conoce a Hans Bellmer, con el que, folie à deux, entabla una relación de dependencia sadomasoquista en que el fetichismo perverso de él y el filopasianismo —el dolor como imitatio Christi— de ella desencajan a las mil maravillas. De Berlín a París entra en contacto con el ambiente surrealista y se relaciona con Henri Michaux, Man Ray, Max Ernst, Dorothea Tanning, Gaston Bachelard y André Pieyre de Mandiargues, entre otros. Aunque ya había estado a punto de suicidarse a los doce años y su terrible fragilidad psíquica era patente, su primera crisis, clínicamente noticiable, ocurre en 1957. Una esquizofrenia galopante, acaso un trastorno bipolar con episodios psicóticos, parece ser la dolencia radical de un alma desvencijada que, de sanatorio en sanatorio (Wittenau, Sainte-Anne, La Rochelle, Maison Blanche, Chailles…), mantiene el pulso de la escritura anagramática e hipogramática y del trazo de criaturas numinosas y oceladas de una vida que no merece ser vivida sino como éxtasis y trance.